romper creencias limitadoras

Cómo romper creencias limitadoras y crear otras posibilitantes

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Desde que he descubierto las herramientas de COACHING y de la PNL (programación Neuro Lingüística), he aprendido que cualquiera puede transformarse en la persona que realmente quiere.

No hay límites para la mente humana en este sentido y, desde el momento en que somos mente, cuerpo y espíritu, trabajar la mente repercute sobre las otras dos partes de nosotros mismos.

Creo firmemente que podemos ser dueños de nuestra mente dejando que sea ella la que lleve el control sobre nuestra vida. Y estoy tan segura de ello, porque lo he probado sobre mí misma antes que sobre los demás.

Si es verdaderamente así, te preguntarás entonces ¿por qué resulta tan complicado?

La respuesta es muy fácil: porque somos nosotros mismos los que nos auto-limitamos con nuestras CREENCIAS que a su vez, condicionan nuestra ACTITUD y entonces nuestras ACCIONES y HÁBITOS diarios.

Te pongo un ejemplo.

Si creo que ponerme a dieta va a ser algo muy complicado, difícil y pesado, lo más probable es que o directamente no la haga o si lo intento hacer, lo haga con una actitud negativa, pensando que tendré que esforzarme mucho y que lo pasaré muy mal durante una temporada.

Esto hará que mi dieta no dure mucho tiempo; seguramente la dejaré antes de poder ver los resultados.

Si he engordado bastante y creo que para poder disfrutar de la playa necesito tener un cuerpo perfecto, lo más probable es que o deje de ir a la playa o que vaya pasándolo muy mal, sin disfrutar del día y estando pendiente todo el tiempo de mis defectos y de lo perfectos que son los cuerpos de los demás.

En otras palabras, mis creencias van a funcionar como filtros que sólo me permiten ver una pequeña parte de la realidad, la que me interesa para confirmarlas aún más.

Entonces, si consigo cambiar mis creencias limitadoras podré quitarme estos filtros y actuar de forma completamente diferente. Además, si aparte de romper mis creencias limitadoras consigo crearme otras creencias posibilitadoras, creencias nuevas que me apoyen, literalmente habré triunfado.

creencias limitadoras vs creencias posibilitadoras

Transfórmate en la persona que deseas

Hoy quiero hacer un juego contigo. Se llama «Transfórmate en la persona que deseas». ¿Estás listo? Muy bien, entonces quiero que cojas un papel y un boli y que escribas cómo te gustaría ser.

  1. Elige unas características físicas o psicológicas que te gustaría que formaran parte de ti.
  2. Tómate tu tiempo porque éste es un momento especial, cómo todos los momentos que te dedicas a ti mismo.
  3. Ahora quiero que escribas al lado de cada cosa, las razones que te impiden que estas características ya sean parte de ti.

Te pondré un ejemplo. Imagínate que me gustaría ser una persona delgada y deportiva.

Las razones por las que todavía no lo soy pueden ser que:
– Me cuesta ponerme a dieta.
– Me gusta demasiado comer.
– No tengo tiempo para hacer deporte.
– No me gusta el gimnasio.

Ahora que tienes claras las razones, me gustaría que te preguntaras el PORQUÉ de cada una de ellas.

¿Porque me cuesta ponerme a dieta?
– Me cuesta porque no me gusta tener restricciones con la comida y cuando las tengo me siento triste porque no puedo disfrutar de la comida y de los momentos sociales.
– Me cuesta porque como mucho fuera de casa por motivos de trabajo y esto hace que sea muy complicado comer de una forma saludable.
– No me apunto al gimnasio porque el poco tiempo libre que tengo me gusta pasarlo haciendo algo que realmente me guste y me apasione.

Como verás detrás de cada comportamiento hay una CREENCIA limitadora.

En el caso del ejemplo hemos identificado las siguientes:
– Estar a dieta significa tener restricciones y no poder disfrutar de la comida y de los momentos sociales.
– Es muy difícil estar a dieta cuando se come fuera de casa.
– No tengo tiempo para hacer deporte.
– El gimnasio es aburrido.

Nuestras creencias condicionan directamente nuestros pensamientos; éstos, nuestras emociones, que a su vez generan un comportamiento que crea hábitos.

Cómo ya he explicado en un anterior artículo, podemos romper creencias empezando a cambiar los hábitos. Ya que este argumento ya lo hemos tratado, hoy quiero hablarte de cómo romper creencias empezando por ellas mismas.

Rompiendo las creencias limitadoras

Para empezar quiero que te hagas las siguientes PREGUNTAS:

¿Cómo sabes que es así como dices?
¿Estás seguro al 100%?
¿Hay una posibilidad, aunque sea muy pequeña, de que te estés equivocando?
Y si te estuvieras equivocando, ¿qué te estarías perdiendo con tu actitud?
¿Qué podrás ganar si descubrieras que no es así? ¿Cómo cambiaría tu vida?

Que otras personas consigan estar delgadas y hacer deporte no significa que tengan más recursos que tú. Simplemente tienen una ESTRATEGIA MENTAL diferente.

Nuestro inconsciente, a diferencia de nuestra parte racional, se nutre de emociones y de repeticiones. Por este motivo nos hace actuar a menudo de una forma opuesta a lo que nuestra parte racional nos aconsejaría.

Es muy probable que quien va al gimnasio todos los días lo asocie al placer y no a la pereza o al aburrimiento.

Seguramente disfrutará de su ratito de gimnasio y lo vivirá como un momento divertido, en el que puede dedicarse a sí mismo y cuidarse. Esto le provocará una sensación agradable y una emoción positiva que le empujará a repetir.

Ahora que hemos creado una pequeña grieta en la pared de tu creencia limitadora, piensa en qué puedes hacer para transformar algo que te cueste en algo placentero.

En otras palabras, cómo hacer para que NUESTRO INCONSCIENTE haga la paz con nuestra PARTE RACIONAL.

Sigo con mi ejemplo.

Si quiero conseguir ir al gimnasio y hacer que sea divertido podría:
– Buscar nuevas clases que todavía no he experimentado.
– Comprarme ropa nueva para el gimnasio con la que me sienta a gusto.
– Apuntarme con una amiga y hacer que la hora de deporte sea aún más placentera.

Y tú, ¿qué vas a hacer para cambiar las cartas en la mesa de tu inconsciente? Encuentra tu forma de dar la vuelta a la tortilla y conseguir ser de la forma que te gusta. Es mucho más fácil de lo que te imaginas.

Cuando tengas tus ideas claras, ponte manos a la obra y empieza a poner en práctica todo lo que has descubierto. Sé constante y ten paciencia: los resultados van a llegar.

Imagen de Shutterstock: Mujer rompiendo una hoja

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