Hoy quiero hablarte de algo que me parece fundamental en el momento actual: disfrutar de la vida sin depender de la aprobación de los demás, sin estar buscando constantemente la validación externa. Es algo que me he estado planteando mucho últimamente, especialmente en un mundo tan digitalizado como el nuestro, donde las redes sociales juegan un papel tan grande en nuestras vidas.
Si eres como muchas de las personas que conocemos, seguramente alguna vez has sentido esa presión de que tus decisiones, tus gustos o incluso tus momentos de ocio sean validados por los demás. Y no me malinterpretes, no estoy diciendo que compartir tus experiencias o recibir apoyo sea algo negativo. Todo lo contrario. Pero, a veces, esta constante búsqueda de aprobación externa nos puede hacer perder la esencia de lo que realmente queremos hacer y sentir.
Las redes sociales se han convertido en una extensión de nuestra vida diaria, y aunque en principio parecen ser una herramienta para conectar, compartir y aprender, hay algo muy importante que está pasando bajo la superficie. Lo que inicialmente era una plataforma para compartir momentos divertidos, inspiradores o educativos, se ha transformado en un escenario donde la validación externa se ha vuelto una necesidad casi constante.
Cada vez que subimos una foto, un pensamiento o una reflexión, nos encontramos con una especie de «medidor» de aprobación: los likes, los comentarios, las vistas. Y aunque puede parecer algo inofensivo al principio, esa validación externa empieza a tener un impacto profundo en nuestra manera de vivir. ¿Alguna vez has sentido presión para hacer algo solo porque sabías que sería bien recibido en las redes? ¿O has dejado de compartir algo que realmente te gustaba porque pensaste que no tendría la misma acogida?
Es fácil caer en este ciclo, ¿verdad? Es fácil pensar que nuestra felicidad depende de los “me gusta” que recibimos o de cuántas personas comentan en nuestras publicaciones. Pero, ¿qué pasa cuando ese refuerzo externo no llega? ¿Qué pasa cuando no nos sentimos vistos o escuchados en el mundo digital?
Lo cierto es que este tipo de dinámicas pueden tener un impacto negativo en nuestra vida emocional y mental. Nos acostumbramos a basar nuestro valor en la opinión de los demás y, lo peor de todo, dejamos de ser auténticos. Empezamos a vivir en función de una imagen de lo que pensamos que los demás esperan de nosotros, y eso puede alejarnos de lo que realmente somos.

La importancia de disfrutar por ti mismo/a
Entonces, ¿cómo podemos disfrutar realmente de la vida sin depender de la validación externa? Antes que nada, tenemos que darnos permiso para ser auténticas/os. Y ser auténtica/o, significa ser honesta/o con una/o misma/o. Cuando dejemos de buscar la aprobación constante, comenzaremos a disfrutar más de lo que realmente importa: el aquí y ahora, nuestras pasiones, nuestras emociones y nuestras experiencias, sin necesidad de que alguien más las valide.
Es un proceso que lleva tiempo, pero es absolutamente liberador. Piensa en todas esas veces que has hecho algo por ti mismo/a, sin esperar que los demás lo aprueben. Puede que hayas probado un nuevo hobby, hayas disfrutado de un momento de soledad o simplemente te hayas dado el lujo de no preocuparte por las expectativas ajenas. ¿Cómo te sentías? Si lo piensas bien, es probable que esos momentos sean los más valiosos, porque te conectan con lo que eres realmente, sin filtros ni artificios.
A lo largo de mi vida he aprendido que la felicidad y la satisfacción personal no dependen de lo que los demás piensen de mí. Puedo tener un día increíble sin tener que compartirlo con nadie. Puedo disfrutar de un libro, de una caminata, de una charla con un amigo sin la necesidad de “documentarlo” para mostrarlo al mundo. Y, ¿sabes qué? Esos momentos son los que realmente me han llenado. Porque al final del día, lo único que necesitamos para ser felices es estar en paz con nosotras/os mismas/os, con nuestras decisiones y con nuestras emociones.
El impacto de las redes sociales en nuestro bienestar emocional
Ahora bien, no se trata de demonizar las redes sociales. Son una herramienta maravillosa para mantenernos en contacto, para informarnos, para encontrar inspiración… Pero, como cualquier herramienta, su uso puede ser perjudicial si no tenemos claro cómo integrarla de manera saludable en nuestras vidas.
Las redes sociales, aunque nos permiten estar al tanto de lo que pasa en el mundo y ver cómo viven otras personas, también pueden generar una falsa sensación de conexión. Muchas veces, lo que vemos en ellas no es la vida real, sino una versión cuidadosamente elaborada de ella. Todos compartimos lo que queremos mostrar, pero pocas veces enseñamos las partes vulnerables, las dificultades, los momentos de duda.
Y esto, aunque de forma inconsciente, puede afectarnos. Empezamos a compararnos con esas vidas que parecen perfectas, y nos olvidamos de que cada quien tiene su propia historia, sus propias luchas, sus propios momentos de crecimiento. Nos olvidamos de que la vida no es un escaparate, sino un viaje lleno de altibajos.
Cuando comencé a darme cuenta de esto, empecé a poner límites. Dejé de seguir cuentas que me hacían sentir mal conmigo misma, que me comparaban con estándares poco realistas. Empecé a seguir aquellas que me inspiraban de manera positiva, aquellas que me hacían sentir más conectada conmigo misma y con lo que verdaderamente me importa. A medida que fui haciéndolo, me di cuenta de lo mucho que había cambiado mi perspectiva. Ya no necesitaba la validación de los demás para sentirme bien. Mi felicidad viene de dentro, no de un teléfono.

Estudios recientes sobre el impacto de las redes sociales en la salud emocional
- Las mujeres sufren más del doble de ansiedad y problemas de alimentación que ellos debido a los comentarios negativos que reciben en las redes sociales, según un estudio de Deusto y Mapfre
- Un estudio de la UPV revela que las redes sociales perpetúan estereotipos de género y fomentan agresiones hacia mujeres y niñas
- ¿Las redes sociales nos están volviendo narcisistas? La baja autoestima y los rasgos narcisistas se han vinculado al uso de las redes sociales.
El poder de disfrutar por ti mismo/a
Disfrutar sin la necesidad de aprobación de los demás es posible, pero hay que proponérselo de verdad y actuar en consecuencia. Es un camino que requiere tiempo y autoconocimiento, pero es la única forma de vivir auténticamente. Las redes sociales no tienen por qué dictar nuestra felicidad. Al final del día, lo que realmente importa es cómo nos sentimos con nosotras/os mismas/os, cómo disfrutamos de nuestras experiencias sin la presión de mostrarle al mundo que estamos recibiendo su “aprobación”.
Así que, la próxima vez que te encuentres buscando la validación en las redes sociales, recuerda que lo más importante es que disfrutes de las cosas que realmente te llenan, sin la necesidad de que los demás te den un visto bueno. Tu valor no está en los likes ni en los comentarios, está en quién eres y en lo que haces por ti mismo/a.
Al final, lo único que importa es que te sientas bien contigo mismo/a, sin filtros ni máscaras. El verdadero disfrute viene cuando somos capaces de vivir nuestras vidas sin buscar constantemente la aprobación ajena.




hermoso todos los articulos, muy agradecido, y que bien hace a nuestra alma, mi cariño positivo manda carlos
Muchas gracias, Carlos 😊