relación entre la microbiota intestinal y el sistema inmune

¿Cuál es la relación entre la microbiota intestinal y el sistema inmune?

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El tracto gastrointestinal está revestido por más de cien billones de microorganismos residentes, incluyendo bacterias, hongos, protozoos y virus, denominados colectivamente microbiota. Según las últimas investigaciones, esta comunidad microbiana trabaja en estrecha colaboración con el sistema inmunológico y contribuye a la salud metabólica.

En este sentido, algunos estudios indican que una microbiota intestinal disfuncional se asocia con un mayor riesgo de infección, así como con el desarrollo de ciertas afecciones autoinmunes (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa) y atópicas (alergias, eczema).

El intestino y el sistema inmunológico

Los seres humanos y los microorganismos han sido interdependientes durante miles de millones de años. Concretamente, el sistema inmunológico humano ha evolucionado con los microorganismos, adoptando una relación comensal con la microbiota. Esta puede producir metabolitos (sustancias que el cuerpo descompone y luego utiliza) para utilizarlos como energía, mantener la salud y eliminar toxinas.

Los metabolitos juegan un papel importante en el desarrollo y función del sistema inmunológico. El organismo depende de la microbiota para obtener estas sustancias vitales, por lo que la salud de una persona puede verse influenciada por la salud de su microbiota. Si bien las comunidades microbianas se pueden encontrar en todo el cuerpo, más del 70% de los microorganismos residentes humanos están contenidos en el tracto gastrointestinal.

Inmunidad innata

El sistema inmunológico innato o no específico es la primera línea de defensa de nuestro cuerpo contra los antígenos o sustancias inmunoestimulantes. Los antígenos suelen ser proteínas en la superficie de células o microorganismos, pero también pueden ser sustancias químicas y toxinas, por ejemplo. Las células del cuerpo y los microbios comensales también pueden transportar antígenos, por lo que el sistema inmunológico ha desarrollado mecanismos dinámicos para distinguir entre “amigos” y “enemigos”.

Los estudios en animales libres de gérmenes, en los que los sujetos se crían sin exposición a microbios, han demostrado que el desarrollo del sistema inmunológico innato está estrechamente relacionado con la microbiota. Los animales libres de gérmenes exhiben consistentemente un subdesarrollo de tejidos inmunes dentro del intestino y un número reducido de ciertas células inmunes. En ratones, se descubrió que la ausencia de microbiota los hacía más susceptibles a las infecciones y menos eficientes en la absorción de nutrientes.

Por otra parte, la microbiota intestinal puede desempeñar un papel en el desarrollo de la tolerancia inmunitaria, ya que se descubrió que los bebés con alergias portan menos bacterias beneficiosas. Según estudios en animales libres de gérmenes, la introducción de bacterias en el intestino puede restaurar algunas anomalías y ayudar a rejuvenecer la fuerza inmunológica, lo que demuestra aún más el vínculo entre las bacterias del intestino y el sistema inmunológico.

Inmunidad mucosa

Debido a su exposición constante a los antígenos, más de la mitad de las células productoras de anticuerpos del cuerpo se encuentran en la pared intestinal. Revestida con una capa mucosa protectora, la pared intestinal está protegida por el sistema inmunológico de la mucosa, una red de células inmunitarias, órganos inmunitarios y receptores celulares que trabajan colectivamente para proporcionar una barrera protectora contra los antígenos.

En el intestino, el sistema inmunológico de las mucosas depende de una microbiota próspera para respaldar su función. La microbiota intestinal respalda la inmunidad de las mucosas de las siguientes maneras:

  • Coloniza el revestimiento intestinal.
  • Limita los nutrientes disponibles para los patógenos.
  • Produce sustancias antimicrobianas.
  • Apoya la capa mucosa protectora del tracto gastrointestinal.

Asimismo, la microbiota intestinal utiliza su genoma colectivo (microbioma) para facilitar diversas reacciones metabólicas que respaldan la integridad del sistema inmunológico de las mucosas. El microbioma descompone (fermenta) sustancias no digeribles, como la fibra dietética, y produce metabolitos, como aminoácidos esenciales, vitaminas y ácidos grasos de cadena corta (AGCC).

Por su parte, estos ácidos grasos son producidos casi exclusivamente por bacterias intestinales y desempeñan un papel importante en el mantenimiento general de la salud y la prevención de enfermedades. Se ha demostrado que ayudan a activar y regular ciertas células inmunitarias, estimulando la migración celular y reprimiendo las moléculas proinflamatorias. Los AGCC también apoyan la inmunidad de la mucosa, ya que son la principal fuente de energía para las células del colon y regulan la fuerza de la barrera mucosa.

Enfermedades autoinmunes frecuentes

¿Qué factores afectan la salud intestinal e inmunológica?

El microbioma intestinal puede verse influenciado por múltiples factores:

  • Nivel de actividad
  • Edad
  • Consumo de alcohol
  • Composición de la dieta
  • Genética
  • Geografía
  • Uso de medicamentos (antibióticos, AINE)
  • Método de parto y alimentación infantil
  • Estrés
  • Consumo de tabaco

Debes saber que no fomentar una buena salud intestinal puede afectar negativamente la función inmunológica, ya que puede provocar disbiosis bacteriana, un cambio bacteriano significativo que permite que las bacterias invasivas y proinflamatorias dominen el microbioma. Las investigaciones indican que la salud de la microbiota puede influir en la progresión de afecciones tanto dentro como fuera del tracto gastrointestinal, que incluyen:

Cómo apoyar un intestino sano

Un microbioma sano es diferente para cada persona, ya que no hay dos personas que tengan la misma composición de microbiota en el intestino. Ciertas distribuciones microbianas pueden aumentar el riesgo de enfermedades, por lo que una microbiota muy diversa es uno de los principales indicadores utilizados para evaluar la salud de la microbiota. Al igual que la salud general, la salud intestinal puede respaldarse con una dieta equilibrada, ejercicio y un peso saludable.

Consumir una dieta equilibrada

¿Sabías que el principal contribuyente a la salud intestinal es la dieta? Más de 60 toneladas de alimentos pasan por el tracto gastrointestinal humano durante la vida humana. El proceso de digestión y fermentación en el intestino es fundamental para la salud humana, la microdiversidad del intestino y la función inmune en general. Los cambios en la dieta pueden afectar la salud intestinal en tan solo 24 horas.

Cabe señalar que las dietas de alimentos integrales, como la mediterránea, están relacionadas con un intestino sano, mientras que la dieta americana estándar, comúnmente conocida como dieta occidental, está asociada con la disbiosis. De hecho, la dieta occidental es rica en proteínas animales y grasas saturadas y baja en fibra dietética, lo que conduce a una disminución de las bacterias beneficiosas, dejando más espacio para los patógenos.

Según varios estudios, una dieta de alimentos integrales rica en fibra que incluya frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado y productos lácteos bajos en grasa reduce la inflamación y favorece la producción de AGCC. Al mismo tiempo, una dieta equilibrada proporciona minerales y nutrientes esenciales que respaldan la función de las células inmunitarias.

recetas para enfermedades autoinmunes

Mantener un peso saludable

La combinación de un consumo excesivo de energía y un estilo de vida sedentario ha provocado un aumento de las tasas de obesidad. Esta se caracteriza por el agrandamiento de los adipocitos debido al exceso de almacenamiento de energía. La investigación en ratones sugiere que la obesidad, independientemente de la dieta, puede desencadenar disbiosis microbiana, que se ha descubierto que contribuye a una mayor inflamación y riesgo de enfermedades crónicas.

Respecto a los resultados en estudios realizados con ratones con obesidad, el microbioma mostró un aumento de genes asociados con la fermentación de carbohidratos. En comparación con los ratones delgados, estos genes se asociaron con una mayor extracción de energía y deposición de grasa. Así mismo, se descubrió que el trasplante de microbiota de ratones obesos a ratones libres de gérmenes aumenta significativamente la grasa corporal en relación con los ratones libres de gérmenes que fueron colonizados con microbiota de ratones delgados, lo que sugiere que el microbioma intestinal puede contribuir al desarrollo de la obesidad.

Por otro lado, también se descubrió que el microbioma disbiótico de ratones obesos debilita el revestimiento mucoso del tracto gastrointestinal, lo que desencadena inflamación y permite que patógenos potenciales entren en el torrente sanguíneo.

Realizar actividad física regular

La actividad física regular puede favorecer la salud intestinal e inmunológica, promover el control del peso y reducir la inflamación inducida por la obesidad. En comparación con los hombres sanos y con sobrepeso, se descubrió que el microbioma intestinal de los atletas profesionales era más diverso y los marcadores inflamatorios circulantes eran significativamente menores.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan 150 minutos de actividad de intensidad moderada por semana, lo que equivale a solo 30 minutos por día cinco días a la semana. Andar en bicicleta, bailar y nadar son sólo algunos ejemplos de actividad de intensidad moderada. En caso de duda consulta con tu médico integrativo antes de comenzar un nuevo régimen de ejercicios.

Considere los probióticos

Los probióticos son organismos vivos que, cuando se administran en dosis adecuadas, son beneficiosos para el huésped. Estos pueden provenir de fuentes dietéticas, incluidos alimentos fermentados como el yogur y el kimchi, así como de suplementos probióticos.

Se ha descubierto que los probióticos mejoran una variedad de afecciones atópicas e inflamatorias, además de fortalecer el sistema inmunológico de las mucosas. Muchos detalles, incluidas las cepas o combinaciones de probióticos, las dosis y las poblaciones que pueden beneficiarse significativamente, se desconocen en gran medida, lo que indica que se necesita más investigación para comprender completamente los beneficios potenciales de los probióticos.

Conclusión

La microbiota intestinal contribuye a la salud intestinal y a la salud general. Al trabajar en estrecha colaboración con el sistema inmunológico, las investigaciones indican que un microbioma disfuncional puede aumentar el riesgo de infección y contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas, incluidas la obesidad y la diabetes tipo 2.

Entre los consejos más destacados debes prestar atención a la hora de seguir una dieta equilibrada rica en fibra, hacer ejercicio regularmente y mantener un peso saludable. Estos tah solo son algunos factores modificables que pueden afectar significativamente la salud del microbioma.

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