Eliminar tu energía negativa es una práctica que te ayudará a aligerar esos estados internos que no alimentan tu bienestar.
Muchas de las veces estos sucesos nos llevan a ocupar nuestros pensamientos por un largo tiempo sin conseguir encontrar una solución efectiva. Incluso en innumerables ocasiones consiguen invadirnos de tal manera que nos hacen sentir mal con nosotros mismos desatando todo tipo de sentimientos.
Hoy quiero mostrarte un ejercicio simple que te ayudará a aliviar este tipo de estados y a ir mejorándolos poco a poco para cambiar, de manera que no te generen tanto daño.
Pero antes, déjame contarte una pequeña historia que conocí hace algún tiempo:
Un abuelo le dijo a su nieto: Hijo mío, dentro de cada uno de nosotros hay una batalla entre dos lobos.
Uno es malvado: Es la ira, la envidia, el rencor, el resentimiento, la inferioridad, las mentiras y el ego.
El otro es benévolo: Es la dicha, la paz, el amor, la esperanza, la humildad, la bondad, la empatía, la verdad.
El niño se quedó pensativo y le preguntó: Abuelo, ¿y qué lobo gana? A lo que el anciano respondió: Aquél al que más alimentas.
Estoy seguro que esta historia te ayudará a comprender un poco cómo nos influyen nuestros pensamientos y sentimientos. Espero que comiences a darles la importancia que consideres oportuna.
Ejercicio para eliminar tu energía negativa (switch, cambio o tristrás)
Este ejercicio te lo podrás encontrar en distintos libros y manuales de diferentes maneras, como práctica del switch, cambio o tristrás. Aquí te lo presento de una manera muy simple y no te llevará más de diez minutos. Memoriza cada paso antes de ponerlo en práctica.
Para realizar ésta práctica necesitamos tres ingredientes: una experiencia negativa que queremos cambiar, una experiencia positiva y, por último, una actividad a realizar para desconectarnos del ejercicio.
La experiencia negativa
¿Qué es eso que te molesta en exceso? Aquello que te ocupa o te preocupa en estos momentos y que desearías cambiar. Eso que te irrita, que te altera o que no soportas cada vez que te sucede. ¿Qué es lo que te hace perder el control? ¿Es una situación externa a ti o por el contrario son tus pensamientos internos o tus miedos y temores los que te están bloqueando? ¿Cuál es esa experiencia que te está afectando y quieres cambiar? ¿La tienes?
La experiencia positiva
Busca en tu vida esa experiencia que cada vez que piensas en ella o que la realizas te hace sentir pleno y feliz. Seguro que tienes más de una. ¿Qué es aquello que te hace perder la noción del tiempo en tu vida? No se… pasear por el monte o por la playa, nadar, realizar tu deporte o Hobby favorito, abrazar a tu pareja… Busca aquello que realmente te llena de plenitud. ¿Ya lo tienes?
La tarea de desconexión
Ahora busca una actividad que vas a realizar para desconectarte de las dos partes anteriores, para dejar de pensar en ello. Puede ser ponerte a hojear un libro, salir a pasear, ponerte a limpiar, llamar a un amigo… cualquier cosa que se te ocurra que vas a realizar a continuación. ¿Ya lo tienes?
Comenzamos el ejercicio
Ponte cómodo, haz tres respiraciones profundas y cierra tus ojos. Relájate.
Imagina que estás sentado en una butaca de cine y tienes frente a ti esa pantalla gigante. Entre la pantalla y tú existe un cristal blindado para que todo lo que ocurra dentro no pueda afectarte.
Ahora imagínate que esa experiencia negativa que deseas cambiar está sucediendo en esa pantalla como si fuera una película que estas observando. Tú formas parte de las escenas de esa película como un personaje más. ¿Qué es lo que está ocurriendo? ¿Qué ves? ¿Cuál es el diálogo que tienen los personajes de la escena? ¿Y cuál es el dialogo que tiene tu personaje? Visualiza toda la escena intentando mantener tus sentimientos al margen de la situación.
Simplemente observa lo que sucede durante el tiempo que creas conveniente.
¿Ya?
Ahora, mientras estás en esa experiencia negativa, abre una pantalla pequeñita con la experiencia positiva en una esquina de esa pantalla gigante. Comienza a visualizar la escena positiva en esa pantalla pequeñita. ¿La tienes? Observa como esa experiencia positiva se va acercando más y más a la vez que la negativa se va haciendo más y más pequeña y se va alejando hasta desaparecer por completo. Es como cuando activamos el zoom en una imagen: nos la acerca o aleja a la velocidad que deseamos.
Ahora tienes la experiencia positiva al frente de ti ocupando toda esa pantalla gigante. Visualiza la escena que estás viviendo en este momento. ¿Qué ves? ¿Qué sonidos escuchas? ¿Qué te dices a ti mismo? ¿Cómo te sientes dentro de esta escena de tu vida? Empápate bien de todos estos sentimientos y todas estas emociones por el tiempo que creas oportuno. Imprégnate de todo el bienestar que te produce esta experiencia positiva… date tu tiempo.
¿Ya? Ahora abre tus ojos.
Desconéctate del ejercicio. Ponte a realizar esa tarea que tenías prevista. Quizás al principio te cueste un poco aunque con la práctica te resultará cada vez más fácil. Nuestro cerebro aprende muy rápido. Es cuestión de entrenarlo.
El peligro de este ejercicio reside en traer de nuevo a nuestra mente la escena negativa después de la positiva. Esto generaría un bucle y seguiríamos enlazando las dos experiencias con lo cual el resultado sería nulo. Se trata de cambiar el estado interno que nos producen esa experiencia que nos está haciendo sentir mal. Los Recuerdos no los podemos borrar de nuestra mente pero lo que sí podemos modificar son los sentimientos que nos generan esos recuerdos.
Realiza el ejercicio un mínimo de 5 veces al día durante varios días. Si lo haces alguna vez más mejor. Se trata de entrenar nuestra mente. Cuando lo hayas practicado varias veces recuerda tu escena negativa de nuevo. Observa y comprueba tus sentimientos: ¿ha cambiado tu estado cuando recuerdas esta escena? Estoy seguro de que sí.
Este ejercicio ha ayudado y está ayudando a miles de personas a aligerar sus experiencias negativas y recargarse de energía positiva. Seguro que te será de gran ayuda si lo pones en práctica cada vez que tengas una situación negativa en tu vida.
Nunca cambiará tu vida si no cambias algo que haces a diario.
El secreto de tu cambio se encuentra en tu rutina diaria.
(John C. Maxwell)
Imagen Positivo / negativo de Shutterstock
Que buen consejo! Muchisimas gracias! A partir de ahora voy a hacerlo
Estupendo Marta.
Ya nos contarás cómo te va con ello.
Un saludo
que bueno, es de suma importancia para aprender del cada día y mejorar como persona de bien.
Todo lo que sirva para crecer como persona y mejorar nuestro bienestar, es bienvenido Agustín 🙂
Lo pienso poner en práctica porque creo que del vamos hay que poner una actitud positiva y esto ya es el comienzo del éxito.
Estupendo Leticia 🙂
Ya nos contarás cómo te va.
¡Felices Fiestas!
Trataré de realizar el ejercicio lo necesito es muy compleja mi situacion; luego postearé los resultados.
Esperemos que sean buenos 🙂
Un saludo
No funcionó. De hecho había hecho otros ejercicios y me sentía tranquilo y satisfecho antes de llegar a este, en realidad me dejó enojado.
Hola Manuel:
A veces ocurre que cuando el conflicto emocional es muy fuerte se necesite más que un simple ejercicio como éste. Habría que analizar minuciosamente el caso en cuestión y trabajarlo muy a fondo para poder liberar el estado emocional que desencadena el conflicto.
Si lo has repetido varias veces y no se aligera el estado, probablemente haya algún detonante oculto que te genera esta sensaciones. Sé por propia experiencia que el trabajar contigo mismo todas estas situaciones, es en la mayoría de los casos el trabajo más difícil que existe y el más doloroso.
Si es de importancia para ti, mi consejo es que busques ayuda para trabajar el conflicto en cuestión.
Muchas gracias por tu comentario
Saludos: Juan Carlos.
No me parece que aporte nada este ejercicio, sigo cabreada….
Hola Raquel:
Nuestra mente asimila nuestras experiencias por repetición o bien cuando el suceso contiene un alto impacto emocional. Si tras realizar el ejercicio varias veces no logras resultados, lo más probable es que el origen de tu conflicto no está en lo que te ocurre sino que simplemente es un resultado.
A esto lo llamamos «Ganancia Secundaria». Te pondré un ejemplo: Una persona trabaja un conflicto de miedo a conducir puesto que cada vez tiene más pánico al coger su coche. Su pareja comienza a llevarla en coche a todas partes y ella así si se siente confiada. Decide trabajar el conflicto y se aligera su miedo aunque a los pocos días vuelve a coger cada vez más pánico a conducir.
A partir de ahí, se vuelve a trabajar con técnicas más específicas al caso y a la persona en particular y aparece que la raíz del conflicto está en la inseguridad de sentirse sola al conducir y la inseguridad de la libertad que le da a su pareja al no acompañarla en sus viajes. Al final el conflicto raíz se ha detectado y se ha eliminado por completo. Muchas veces dentro de un conflicto aparecen éstas «Ganancias secundarias» que son las que nos impiden superarlo.
Espero haberte aclarado un poco más tu situación y disculpa por la demora al contestarte.
Estimado Juan
Buen día, me he visto obligada revisar el tema por un compañero de trabajo que me dijo que le dolía la cabeza a causa de mi energía muy cargada y negativa, me dejo muy pensativa y me preguntaba el porque tengo esa energía, si no soy envidiosa, no tengo malas intensiones para nadie, no me gusta hacer daño a nadie, no me gusta comentar mal de nadie, en fin pero mi estado de animo actualmente es terrible, solo tengo ganas de llorar todo el tiempo y estado tratando de practicar el ejercicio, pero no encuentro un lado feliz en mi vida, quiero ponerlos a mis dos hijos pero no logra hacerme sentir esa felicidad plena que quisiera sentir, no soy mala con ellos pero últimamente ni siquiera ellos pueden llenar el gran vacío que tengo dentro de mi alma y que me hace entrar en llanto, ya no puedo ni ser feliz con mi trabajo que tanto me apasionaba. Quisiera cambiar esa mala energía, porque afecta principalmente a mi familia y los me que rodean
Gracias por su atención
Hola María:
Comprendo tu estado y sé que no es fácil salir de esta situación cuando nuestro estado de ánimo y nuestra energía están bajo mínimos, aunque siempre es posible.
En todas las experiencias que nos suceden en la vida siempre hay un por qué y un para qué. Y el valor de las preguntas es muy importante.
Comienza preguntándote:
¿Por qué y para qué ha aparecido esta situación en mi vida?
¿Cómo ha llegado?
¿Cuando ha llegado?
¿Hay otras etapas en mi vida en las que me ha sucedido otra situación similar en las que yo me he comenzado a sentir así?
Muchas veces son procesos repetitivos que vamos agravando con el paso del tiempo lo que lleva a que nuestra energía y nuestro estado de ánimo decaiga cada vez más.
Otras veces son los miedos a los cambios que nuestra vida nos pide y que vamos postergando una y otra vez y que van haciendo mella en nuestra autoestima y haciéndonos sentir cada vez peor.
La raíz principal está en nuestro estado interno y el factor más influyente son nuestros pensamientos. Hacer consciente a lo largo del día cómo y qué pensamientos están pasando por nuestra cabeza es crucial para comenzar a cambiarlos.
Cada pensamiento nos lleva a un sentimiento que genera una emoción. Y es esa emoción la que nos provoca una acción que genera un resultado.
Comienza poco a poco, no hace falta dar grandes pasos. Reconocerlo y ser consciente es el primer paso. Pedir ayuda si lo necesitas también es importante. Pronto te darás cuenta que en gran parte depende de ti para cambiar la situación. Lo siguiente es comenzar. Recuerda el valor de las preguntas:
¿Qué puedo hacer para cambiar esta situación?
¿Cómo lo puedo hacer?
¿Cuándo lo voy a hacer?
Escríbelo y especifícalo al máximo poniendo fechas y horarios a los cambios que quieras realizar, aunque al principio se trate de sólo un minuto al día. Ello te será de gran ayuda.
Te recomiendo que leas sobre el tema para ayudar a abrir tu mente y a cambiar tus pensamientos. Dos libros que te servirán para ello son: Tómate un café contigo mismo del Dr Walter Dressel y El Chantaje Emocional de Susan Forward.
Espero y deseo que esto te ayude a comenzar a mejorar y te abra el camino para superar tu estado.
Un Saludo,
Juan Carlos