Aunque España es uno de los países de Europa que en los últimos años ha reducido más sus cifras de siniestralidad vial, conducir en el trabajo un vehículo sigue siendo una actividad peligrosa. Así nos lo indican en este tríptico del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo.
En el año 2010 las estadísticas de accidentes de trabajo registraron 264 muertos en accidente de tráfico relacionados con el trabajo, de los cuales 165 fueron al ir o volver del trabajo y 99 conduciendo durante la jornada de trabajo, lo que en conjunto representa el 35% de los accidentes de trabajo mortales.
Este porcentaje es similar al de otros países europeos, en los que, gracias al descenso de la mortalidad por accidentes de trabajo de otro tipo (caídas, aplastamientos, sepultamientos, etc.), los accidentes laborales de tráfico se han convertido en el principal riesgo de mortalidad de origen laboral.
En el trabajo, no sólo conducen los chóferes. Muchas personas conducen un vehículo como medio de transporte imprescindible para realizar su trabajo: médicos que atienden a domicilio, agentes comerciales, reparadores de artefactos diversos, directivos…
En todos esos casos la Ley de Prevención de Riesgos Laborales es plenamente de aplicación, por lo que el empresario tiene la obligación de adoptar las medidas preventivas apropiadas para minimizar el riesgo de accidentes.
Conducir en el trabajo: 5 cuestiones a considerar
¿Es necesario el desplazamiento?
El primer principio preventivo es eliminar el riesgo, si ello es posible.
En el caso de la conducción eliminar el riesgo consiste en eliminar el desplazamiento y, por tanto, es preciso comenzar preguntándose si el desplazamiento es imprescindible: ¿ se puede utilizar el teléfono, el correo electrónico o la videoconferencia para realizar el trabajo?
¿Es posible utilizar un medio público de transporte?
En muchos casos es posible realizar el desplazamiento – al menos en parte – en un medio público de transporte, que es mucho más seguro que conducir, o complementar dicho medio con un coche de alquiler para realizar la última parte del desplazamiento.
Esta opción debe plantearse, sobre todo, para desplazamientos largos. A menudo, se trata de una solución no sólo más segura, sino también más económica.
¿Está el vehículo en buenas condiciones?
La empresa debe ocuparse de que sus vehículos, especialmente en lo que se refiere a la seguridad, se encuentren siempre en perfecto estado de actualización y de funcionamiento. Ello exige, entre otras cosas, estimular que los usuarios de los vehículos notifiquen cualquier anomalía mediante un procedimiento escrito, y disponer de un protocolo de tratamiento de dichas comunicaciones.
Ya que uno de los principios que establece la Ley de Prevención (artículo 15) es “Tener en cuenta la evolución de la técnica”, los vehículos deberían disponer de los elementos de seguridad habituales en cada momento (actualmente, por ejemplo, ABS).
¿Están bien planificados los desplazamientos?
Los desplazamientos no deben planificarse sobre la marcha. La persona que conduce debería salir de la empresa teniendo perfectamente previsto el recorrido, el tiempo a emplear en cada parada, los períodos de descanso, etc.
Respecto a las rutas a emplear, deberá darse preferencia a las autovías y autopistas, mucho más seguras que las carreteras, siempre que ello sea posible.
¿Cómo utilizar el teléfono móvil cuando tengo que conducir en el trabajo?
Es cierto que el Código de Circulación no prohíbe la utilización de teléfonos móviles con dispositivos “manos libres” cuando se conduce. Sin embargo, está demostrado que las distracciones que se producen al conducir hablando por el móvil se deben más a la pérdida de concentración a que da lugar el hablar por teléfono, que al hecho de sujetar el móvil con la mano.
Por ello es recomendable instaurar en la empresa la prohibición absoluta de hablar por el móvil mientras se conduce. Cuando sea necesario hablar por el móvil deberá hacerse con el vehículo totalmente detenido.
