El trastorno por déficit de atención con hiperactividad, comúnmente conocido como TDAH, es una de las afecciones del desarrollo neurológico más comunes en los niños1.
Síntomas del TDAH
Las características del TDAH incluyen patrones de falta de atención y/o hiperactividad e impulsividad. Estos síntomas suelen ser severos, persistentes e interfieren con el funcionamiento o el desarrollo1. En la mayoría de los casos, los niños muestran tanto falta de atención como hiperactividad e impulsividad.
Se han identificado dos subgrupos de TDAH en función de qué comportamiento es más generalizado, dependiendo de cuál prime sobre el resto: la falta de atención o el estado hiperactivo-impulsivo2. El diagnóstico de TDAH suele ocurrir en niños de 3 a 6 años, y sus síntomas también pueden persistir durante la adolescencia y la edad adulta, aunque a menudo son menos graves.
Los síntomas de falta de atención a menudo incluyen:
- Dificultad para escuchar y prestar atención.
- Dificultad para seguir instrucciones y cumplir con los plazos.
- Mala gestión del tiempo.
- Mala organización de tareas y pertenencias.
- Niño olvidadizo o que muchas veces pierde cosas.
- Se distrae fácilmente.
Los síntomas de hiperactividad e impulsividad incluyen:
- Dificultad para sentarse o estar quieto. Inquietud.
- Corre o trepa en situaciones inapropiadas.
- Incapacidad para jugar o participar en actividades en silencio.
- Habla incesantemente.
- Interrumpe con frecuencia y terminar las oraciones de los demás.
- Habla o actúa fuera de turno.
¿Qué causa el TDAH?
Si bien las causas del TDAH en los niños siguen sin estar claras, se cree que una combinación de factores genéticos y ambientales juega un papel importante en el desarrollo de la afección. Por ejemplo:
- Muy bajo peso al nacer, falta de oxígeno en el nacimiento.
- Exposición al alcohol, humo del cigarrillo o drogas durante el embarazo.
- Daño cerebral.
Otras afecciones comúnmente diagnosticadas en personas con TDAH incluyen trastornos de ansiedad, depresión, problemas de aprendizaje y abuso de sustancias.
Cómo tratar el TDAH: dieta, suplementos y estilo de vida
Se trata de un trastorno que generalmente se aborda con medicamentos (como estimulantes), psicoterapia o una combinación de ambos. Según el estudio de 2016 en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el 62% de los niños diagnosticados con TDAH tomaban medicamentos y el 47% había recibido terapia conductual durante el último año3. Sin embargo, los investigadores recomiendan un enfoque multimodal para el tratamiento del TDAH pediátrico1.
Dieta y TDAH
En la década de 1970, la dieta Feingold fue la primera intervención dietética propuesta para el TDAH. Con base en la creencia de que los síntomas del TDAH en los niños fueron causados por aditivos alimentarios, esta implicaba omitir varios alimentos de la dieta: manzanas, uvas, carnes procesadas y cualquier alimento con saborizantes, colorantes y conservantes artificiales. Existe evidencia mixta sobre la efectividad del régimen Feingold, aunque las versiones recientes recomiendan tan solo la exclusión de colorantes artificiales y otros aditivos1.
La investigación actual sobre el TDAH sugiere que los aditivos alimentarios pueden estar implicados en un subgrupo de casos de TDAH4,5. Un metaanálisis de 2012 informó que el colorante sintético para alimentos puede estar relacionado con los síntomas y signos del TDAH en aproximadamente el 8% de los niños con la afección. Desafortunadamente, la investigación en esta área a menudo se realiza con tamaños de muestra pequeños y propensos al sesgo de publicación4.
Por otra parte, varios estudios han examinado el vínculo entre el TDAH y las intolerancias alimentarias, las alergias o ambos. En un subgrupo de niños, una dieta de eliminación puede ser un método valioso para descubrir los posibles desencadenantes dietéticos involucrados en la manifestación del TDAH6-8.
La segunda etapa de la dieta implica reintroducir los posibles desencadenantes, de manera progresiva. Para después, monitorear los cambios en el comportamiento y los síntomas1.
Nutrición y TDAH
La investigación ha identificado una serie de suplementos alimenticios para niños que pueden ser beneficiosos para abordar los síntomas del TDAH. Se recomienda consultar con un médico antes de recurrir al suplemento alimenticio adecuado para cada caso. Estos no sustituyen una dieta sana y equilibrada.
Suplementos | Sobre la investigación |
Acetil-L-Carnitina | Mejor comportamiento en el hogar y la escuela. Menos problemas de atención y comportamiento agresivo. Carnitina libre de plasma y acetil-L carnitina en niños con TDAH. Sin efecto sobre la población general con TDAH, mejoró los síntomas de falta de atención en niños con subtipo de falta de atención de TDAH. |
Multivitaminas y Multiminerales | Mejora de los síntomas del TDAH y del estado de ánimo en adultos. |
GABA | Se ha encontrado una concentración reducida de GABA en niños con TDAH en comparación con sujetos de control de desarrollo típico. Nota: No hay investigaciones disponibles sobre suplementación. |
Ginkgo Biloba | Mejora de los síntomas generales del TDAH y la falta de atención en niños y adolescentes con este trastorno, tratados con metilfenidato. Se encontraron menos síntomas de TDAH observados por padres y maestros, menos efectivo que el metilfenidato en niños con TDAH. Mejora de los síntomas generales, reduciendo la hiperactividad, la falta de atención o la inmadurez. |
Hierro | Mejora de los síntomas del TDAH (reducción de la gravedad de la impresión clínica global) en niños con niveles bajos de ferritina sérica. |
Magnesio | Función cognitiva mejorada en niños con deficiencia de magnesio con TDAH. |
Melatonina | Menor gravedad clínica de los trastornos del sueño en 45/74 niños con TDAH que reciben tratamiento con metilfenidato (MPH). Puntuaciones medias de latencia del sueño y trastornos totales del sueño más bajos en niños que reciben tratamiento con metilfenidato (Ritalin). Descenso en el insomnio inicial de 16 minutos en niños con TDAH tratados con estimulantes que no respondieron a las intervenciones de higiene del sueño. Sueño avanzado y aparición de melatonina en luz tenue, tiempo total de sueño, sin efecto significativo sobre el comportamiento, la cognición y la calidad de vida en niños con TDAH que no toman medicamentos. |
Fosfatidilserina (FS) Omega-3 | Mejora de los síntomas del TDAH y la memoria auditiva a corto plazo en niños que padecen este trastorno y no toman medicamentos. Particularmente , menos síntomas en el subtipo hiperactivo-impulsivo, emocional y conductualmente desregulado. |
Ácidos Grasos Poliinsaturados | Mejor atención calificada por los padres, con menos niveles de fosfolípidos DHA y ningún efecto sobre el control cognitivo o sobre las medidas de actividad cerebral por resonancia magnética funcional en niños pequeños con TDAH. Mejora de los síntomas observados por los padres, la falta de atención y la hiperactividad e impulsividad. Se reducen los síntomas de TDAH en subgrupos, en particular en niños con subtipo de desatención de TDAH y trastornos comórbidos del desarrollo neurológico. Mejora en el subgrupo de niños con TDAH. |
EPA | Mejora de los síntomas del TDAH. Sube la concentración de EPA y baja la de ácidos grasos omega-6 en dos subgrupos de TDAH (niños menos hiperactivos e impulsivos). |
DHA | Menor contenido plasmático de fosfolípidos DHA; ninguna mejoría estadísticamente significativa en los síntomas del TDAH. |
Pycnogenol | Niveles de hiperactividad más bajos. Mejora la atención y la coordinación visomotora en niños con TDAH. |
Zinc | Se reducen los síntomas hiperactivos, impulsivos, de socialización alterada y la deficiencia de atención en niños con TDAH. Mejora de los síntomas en niños tratados con metilfenidato con un subtipo de trastorno por déficit de atención de TDAH recién diagnosticado. Mayores mejoras demostradas con la suplementación con omega-3. |
Actividad física y TDAH
A día de hoy no se ha establecido un consenso sobre la frecuencia, la intensidad y la duración del ejercicio físico; no obstante, varios estudios han observado los efectos beneficiosos de los programas de deporte sobre los síntomas del TDAH y las habilidades motoras finas9. En una revisión sistemática y un metaanálisis de ocho ensayos controlados aleatorios, tanto la actividad física aeróbica como el yoga mejoraron los síntomas del TDAH en niños y adolescentes: la atención, la hiperactividad y la impulsividad. Además, el ejercicio aeróbico también mejoró la función cognitiva, la función ejecutiva, la ansiedad y la interacción social10.
De manera similar, otro estudio examinó los efectos de la actividad física en la función cognitiva de 43 niños con TDAH entre las edades de 7 y 12 años. Los niños fueron colocados en dos grupos experimentales y un grupo de control. El primer grupo experimental se sometió a entrenamiento en manejo del balón, equilibrio y destreza manual; mientras que el segundo grupo practicó deporte, pero no se centró en el desarrollo de habilidades específicas. Después de 12 semanas, se observaron mejoras en la memoria de trabajo, el rendimiento motor y la función ejecutiva en ambos grupos experimentales, lo que indica que la actividad física, independientemente de la especificidad, afecta positivamente a los niños con TDAH11.
De cara a otros estudios, se ha demostrado que la actividad física mejora el comportamiento observado por padres y profesores. Ocurre lo mismo con las capacidades musculares, las habilidades motoras, el procesamiento de la información40 y el rendimiento en lectura y aritmética12.
Sueño y TDAH
Se estima que entre el 25-50% de las personas con TDAH experimentan problemas para dormir. Destaca la dificultad para comenzar a dormir, despertares nocturnos, reducción de la duración del sueño y resistencia a la hora de acostarse13.
El insomnio puede presentarse como un síntoma de TDAH, posiblemente se atribuya a cambios en los ritmos circadianos o en los niveles de melatonina38. El insomnio también puede ser un efecto secundario no deseado de ciertos medicamentos que se usan para tratar el TDAH14. Los niños tratados con estimulantes suelen tener el doble de probabilidades de desarrollar latencia de inicio del sueño.
Asimismo, se ha demostrado que el entrenamiento del sueño y el mantenimiento de una higiene adecuada en este aspecto benefician a los niños con TDAH. Un ensayo aleatorio de casos y controles examinó los efectos del entrenamiento del sueño en el funcionamiento emocional, social y conductual de los niños con TDAH en comparación con los niños sanos que no reciben entrenamiento para dormir. Después de 12 semanas, aquellos que se entrenaron experimentaron mejoras en el bienestar físico y psicosocial: estado de ánimo, emociones y relaciones sociales1.
Se han sugerido varios hábitos de sueño, que pueden tardar meses o años en desarrollarse, para mejorar la higiene del sueño:
- Mantener una rutina de sueño y un horario constante. En este sentido, se deben reducir gradualmente los niveles de energía para fomentar la relajación.
- Utilizar técnicas de relajación a la hora de acostarse: tomar un baño tibio o beber una taza de manzanilla.
- Reducir el tiempo frente a la pantalla y otros estímulos activadores en el dormitorio, especialmente antes de acostarse: televisión, videojuegos, música alta…
- Mantener una temperatura y una ventilación agradables en el dormitorio.
- Practicar actividad física regular durante el día.
- Si es necesario, usa pantallas de sonido para amortiguar el ruido; o incluso antifaz para bloquear la luz3.
Cabe destacar que varios estudios han demostrado la eficacia de la melatonina para mejorar el sueño en niños con TDAH no tratados y tratados con estimulantes.
Conclusión
Se cree que el TDAH es una condición epigenética desencadenada por factores ambientales en individuos genéticamente susceptibles6. Si bien el tratamiento con medicamentos estimulantes sigue siendo el estándar, el TDAH debe abordarse mediante un enfoque multimodal1. Una dieta de eliminación puede ayudar a identificar los alimentos desencadenantes relacionados con los síntomas del TDAH.
La investigación también ha identificado una serie de nutrientes y suplementos que pueden ser beneficiosos, incluidos los ácidos grasos omega-3, fosfatidilserina, acetil-L carnitina, pycnogenol, ginkgo biloba, melatonina y algunos minerales.
Además, ponen el foco en los cambios en el estilo de vida, como realizar actividad física regular o practicar una higiene adecuada del sueño. Estos factores también pueden mejorar los síntomas y el funcionamiento diario del TDAH.
Referencias
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Hola! me ha gustado mucho tu artículo. me podrias decir cuando lo publicaste? Quisiera usarte como fuente bibliográfica para un informe
Hola Rocío:
Lo publicamos a finales de mayo de este año.
Saludos,