Por qué deberías decir adiós a los alimentos procesados

Por qué deberías decir adiós a los alimentos procesados (o al menos reducirlos) para tu bienestar

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Es normal que después de un día largo y agotador sientas la tentación de abrir una bolsa de patatas fritas, recalentar una pizza congelada o pedir comida rápida a domicilio. Lo que quizás no estés teniendo en cuenta es cómo estos alimentos, conocidos como procesados, afectan tu salud y bienestar.

En este artículo veremos por qué es importante reducir su consumo al mínimo y cómo hacerlo sin sacrificar el sabor ni la satisfacción.

¿Qué son los alimentos procesados?

Antes de profundizar en por qué deberías reducir el consumo de alimentos procesados, es esencial entender qué son exactamente. Los alimentos procesados son aquellos que han sido alterados de su estado natural de alguna manera. Esto puede incluir la adición de conservantes, edulcorantes, colorantes, sabores artificiales, grasas trans, sal y azúcares añadidos. Los ejemplos más comunes incluyen:

El impacto de los alimentos procesados en tu salud

Estos alimentos a menudo son atractivos porque son convenientes y, en muchos casos, baratos. Pero, ¿cuál es el verdadero coste de consumirlos regularmente?

El impacto de los alimentos procesados en tu salud

Exceso de azúcares y sal

Los alimentos procesados están cargados de azúcares añadidos y sal. El exceso de azúcar puede llevar al aumento de peso, resistencia a la insulina, y eventualmente diabetes tipo 2. La sal en exceso puede elevar la presión arterial, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Grasas trans y grasas saturadas

Muchos alimentos procesados contienen grasas trans, que están directamente relacionadas con un mayor riesgo de enfermedades del corazón. Estas grasas también pueden elevar los niveles de colesterol «malo» (LDL) y reducir los niveles de colesterol «bueno» (HDL) -> Cómo reducir el colesterol malo con la dieta

Bajo contenido nutricional

A pesar de su alto contenido calórico, los alimentos procesados suelen tener un bajo contenido de nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y fibra. Esto puede llevar a deficiencias nutricionales que afectan tu salud general.

Aditivos químicos

Los conservantes, colorantes y otros aditivos químicos presentes en los alimentos procesados han sido objeto de debate en la comunidad científica. Aunque algunos son considerados seguros en pequeñas cantidades, el consumo excesivo puede tener efectos desconocidos a largo plazo.

Relación con enfermedades crónicas

Estudios científicos han demostrado una fuerte relación entre el consumo de alimentos ultra procesados y un mayor riesgo de enfermedades crónicas. Un estudio publicado en The BMJ en 2019, por ejemplo, encontró que el consumo elevado de alimentos ultra procesados estaba asociado con un aumento en el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mortalidad en general.

¿Por qué deberías considerar reducir su consumo?

Reducir el consumo de alimentos procesados no se trata solo de evitar enfermedades, sino de mejorar tu calidad de vida en general. Cuando optas por alimentos frescos y naturales, le das a tu cuerpo los nutrientes que necesita para funcionar de manera óptima. Aquí te dejo algunas razones clave para hacer este cambio:

Mejora tu energía

Los alimentos procesados pueden causar picos y caídas en tus niveles de azúcar en sangre, lo que puede producir fluctuaciones de energía. Si comes alimentos naturales y equilibrados, mantendrás niveles de energía más estables.

Control de peso

Como he mencionado antes, los alimentos procesados suelen ser altos en calorías y bajos en nutrientes. Cambiar a alimentos frescos puede ayudarte a mantener un peso saludable y reducir la grasa corporal.

Sobrepeso y obesidad: eres lo que comes

Mejora en la salud mental

Aunque se hable menos de ello, lo que comes también afecta tu cerebro. Una dieta rica en alimentos frescos y naturales puede mejorar tu estado de ánimo y reducir los síntomas de ansiedad y depresión.

Mejora la salud digestiva

Los alimentos procesados suelen carecer de fibra, lo que es esencial para una digestión saludable. Al cambiar a una dieta más rica en frutas, verduras y granos enteros, puedes mejorar tu salud intestinal.

Sabor y disfrute

Cocinar con ingredientes frescos y naturales puede ser una experiencia placentera. Descubrirás nuevos sabores y texturas que los alimentos procesados simplemente no pueden ofrecer.

Cómo reducir los alimentos procesados en tu dieta

Sabemos que no es fácil hacer un cambio radical en la alimentación, pero aquí te dejo algunos consejos para reducir, poco a poco, el consumo de alimentos procesados.

Planifica tus comidas

Dedica un tiempo cada semana para planificar tus comidas. Esto te ayudará a evitar la tentación de recurrir a opciones rápidas y menos saludables.

Haz tu propia comida

Cocinar en casa es una de las mejores maneras de controlar lo que consumes. Puedes empezar con recetas simples que no te quiten mucho tiempo. Echa un ojo a las que hemos publicado en este blog: Recetas saludables

Consejos para cocinar de forma saludable

Lleva snacks saludables

En lugar de comprar snacks procesados, lleva contigo opciones más saludables como frutas frescas, nueces, o yogur natural.

Lee las etiquetas

Cuando compres productos envasados, revisa las etiquetas. Trata de evitar aquellos con una lista larga de ingredientes, especialmente si no puedes pronunciar la mayoría de ellos.

Sustituye inteligentemente

Si te gustan las pastas, opta por versiones integrales. Si disfrutas de los refrescos, intenta sustituirlos por agua con gas con un toque de limón. Si te pirras por los dulces, prueba postres caseros con menos azúcar.

Alimentos procesados que no son del todo malos

No todos los alimentos procesados son malos para tu salud. Algunos procesos de transformación son necesarios para preservar los alimentos y no alteran significativamente su perfil nutricional. Aquí te dejo algunos ejemplos de alimentos procesados que pueden formar parte de una dieta saludable:

Verduras congeladas

Las verduras congeladas suelen ser congeladas poco después de ser cosechadas, lo que ayuda a preservar sus nutrientes. Además, son una opción conveniente para tener siempre a mano que te ahorrarán tiempo de preparación a la hora de cocinar ya que ya vienen lavas y cortadas, listas para su uso.

Legumbres cocidas y envasadas en tarro de cristal

Siempre que no contengan sal o azúcares añadidos, las legumbres cocidas y envasadas en tarro de cristal (como lentejas, alubias o garbanzos) son una excelente fuente de proteínas y fibra. Además, dispones de diferentes Tipos y variedades de legumbres: un amplio abanico de opciones en tu cocina.

Yogur natural

El yogur es un alimento procesado, pero si eliges uno natural, sin azúcares añadidos, tendrás una excelente fuente de probióticos, calcio y proteínas.

Pan de grano entero

Aunque el pan es un alimento procesado, elige aquellos que estén hechos con granos enteros y mínimamente procesados. Suelen ser una buena fuente de fibra y energía sostenida.

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Mantequillas de frutos secos

Si eliges versiones que solo contengan el fruto seco (como la mantequilla de almendra o de cacahuete sin aditivos), son una buena fuente de grasas saludables y proteínas.

¡Di adiós a los alimentos procesados!

Reducir el consumo de alimentos procesados es un objetivo alcanzable si lo abordas paso a paso. No se trata de eliminar todo de golpe, sino de hacer elecciones más conscientes y equilibradas. Tu cuerpo y mente te lo agradecerán a largo plazo.

Recuerda, la alimentación no es solo sobre lo que pones en tu plato, sino sobre cómo te hace sentir. Cuando tomas decisiones que benefician tu salud, estás invirtiendo en tu bienestar futuro. Así que, ¿por qué no comenzar hoy? Puedes hacerlo, y cada pequeño cambio cuenta. ¡Tu yo futuro te lo agradecerá!

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